CACTÁCEAS

Los cactus son plantas xerófitas, es decir están adaptadas a condiciones áridas estacionales o permanentes, mostrando tendencia a la reducción de las superficies sometidas a transpiración para disminuir al máximo la pérdida de agua. Normalmente carecen de hojas en el sentido estricto, pero en su lugar presentan unas estructuras coriáceas que adquieren la forma de pelos y agudas espinas, aunque hay excepciones como el género Pereskia.
Las areolas son de forma similar a pequeñas almohadillas recubiertas de pelo y sobre las que se desarrollan las espinas, flores y hojas cuando existen, son como las yemas en el resto de los vegetales.

Las espinas son hojas modificadas, producidas por la capa epidérmica del tallo y no están unidas a los tejidos internos, no todos los cactus las presentan. Cuánto mayor es la exposición al sol más espinas densas y fuertes suele tener. Su forma y tamaño varía según la especie. Pueden ser aciculares, prismáticas, cilíndricas y con forma de lengüeta, incluso en algunas especies se han transformado en pelos, son lo que se denomina espinas criniformes.

Las flores de los cactus no tienen pedúnculo, nacen directamente de las aréolas. El número de pétalos y sépalos es difícil de determinar ya que no existe una clara diferenciación entre ellos. Los más externos sépalos, son pequeños y a veces de color verdoso, los internos, pétalos, ofrecen colores vivos. El caliz de algunas especies se alarga tanto que puede ser confundido con el pedúnculo. Tanto los pétalos y sépalos pueden estar separados en toda su longitud o juntos. Por lo general las flores son regulares o actinomórficas, pero en algunas especies son irregulares o zigomórficas. El color es variable blanco, amarillo, verdoso, naranja, rosa, rojo, púrpura y violeta. Pueden florecer en distintas épocas, tanto en la temperada templado-cálida, como fría, según la especie. Tampoco duran lo mismo en unos que en otros, pudiendo permanecer desde uno o dos días hasta una semana. Incluso algunos florecen por la noche.

El fruto es normalmente una baya, como una uva. En el caso de la Opuntia es una baya carnosa y comestible conocida como higo chumbo.

Las raíces pueden ser superficiales, extendiéndose ampliamente de forma que tengan fácil acceso al agua caída en las lluvias, o bien napiformes, de forma cónica, realizando funciones de reserva. En algunas especies de Pereskia y Pereskiopsis, la raíz es mas gruesa y nodulosa.

Se puede comenzar a describir la vida de una cactácea hacia el principio de la primavera, que es cuando comienza su nuevo ciclo vegetativo. Este periodo se caracteriza por presentar un aclaramiento de las zonas apicales, engrosar las areolas y la aparición de nuevas espinas. Es entonces cuando habrá que comenzar los riegos y aplicar el primer abonado del año. Al principio se regará moderadamente, y cuando el crecimiento sea notable, hacerlo hasta que salga por los agujeros de drenaje. El primer tercio de esta época también es el momento adecuado para efectuar trasplantes, siembras e injertos. Con la llegada de los días frescos, la actividad vegetativa disminuirá y hay que reducir e incluso anular el riego y suprimir por completo el abonado. El periodo de reposo de la planta coincide con los meses más fríos, y es cuando debemos vigilar la temperatura y evitar que se hiele. Las areolas necesitan una cantidad de horas de frío para luego poder florecer, ya que temperaturas demasiado altas por las noches produciran la inhibición total o parcial de la floración en la siguiente temporada.


Son sin lugar a dudas, el grupo de plantas más resisente a las altas temperaturas que puede cultivar un aficionado, pudiendo soportar hasta 45ºC, aunque también pueden resistir temperaturas frías, mínimas de 7ºC, incluso hay especies que hasta -20ºC. Para que resistan adecuadamente, se debe procurar que nunca se den juntas las condiciones de frío y humedad ambiental, para evitar el pudrimiento de raices y enfermedades criptogámicas. Ese es uno de los motivos por el que hay que suspender el riego en invierno. Si los cactus se encuentran en el interior de la vivienda, se debe procurar mantenerlo en un habitación fría para que el calor de las calefacciones no impida el reposo del periodo invernal y puedan florecer normalmente. 10ºC sería una buena temperatura para el invierno.

Se debe vigilar la iluminación, ya que aunque precisen buena luz, no todos soportan el sol directo. Por lo general los que posean agudas espinas, gruesas costillas o abundantes pilosidades requieren una fuerte iluminación, mientras que aquellas desprovistos de estas defensas o las tienen de menor tamaño o reducido, requieren un cierto sombreado. Hay muchas especies que solo se desarrollan en zonas entre matorrales o rocas. Si no reciben la suficiente iluminación, crecerá débil y con un color desvaído, incluso será más propenso a enfermedades parasitarias.

Son tres los factores que incluyen en la floración de los cactus la edad de la planta, el número de horas de sol que recibe y la temperatura del ambiente. La edad depende del género al que pertenezca. Los más tempranos en florecer suelen ser los de tamaño pequeño, como Mammillaria o Astrophytum, que pueden hacerlo a los 2 años de su plantación. Los de mayor tamaño como Ferocactus, Echonocactur o Cereus pueden llegar a tardar 10 años o más. Por ello es conveniente conseguir esquejes de suficiente tamaño de una planta ya florecida.

En cuanto al número de horas de sol que reciben por día, llamado fotoperiodo, está relacionado con la temperatura ambiente. Algunos géneros como Myrtophyllum o Conophyllum, fuera de su hábitat natural no florecen, porque no reunen el número de horas o temperatura adecuados y para evitarlo tendríamos que proporcionarselo artificialmente. El llamado cactus de Navidad (zigocactus truncatus), se induce a florecer en verano, que es la época contraria a la natural, proporcionándole menos de 9 horas de luz diarias con una temperatura de 20ºC.

Los cactus en su hábitat natural crecen en suelos pobres, pero si queremos conseguir que crezcan lozanos, debemos suministrarles una tierra más nutritiva. En los comercios venden las mezclas adecuadas para ellos, pero nos sirve una mezcla formada por 50% de mantillo de hojas o turba es esfagno y el otro 50% de arena de río.

El riego dependerá mucho del área del cual procede y de las condiciones en las que se encuentre. Pero por lo general el riego será moderado, aunque soporten largos periodos de sequía, deberá suministrarse agua de forma periódica, sobre todo durante la temporada de crecimiento. Los cactos epífitos prefienen una humedad constante en el suelo durante todo el año.

Si el cactus está en maceta, la frecuencia del mismo depende del tipo de sustrato empleado y su capacidad de retención del agua, así como la temperatura y humedad ambiente de cada zona.

Las horas más adecuadas son las últimas horas de la tarde para el final de la época templado-calida y los meses más calurosos, y las primeras horas de la mañana para principios de la época templado-calida, época templado-fría y meses fríos.

La mayor parte de los cactus requieren un reposo invernal, por lo que no se les deberá regar nada durante ese tiempo.

fuente:http://www.elhogarnatural.com/cact%C3%A1ceas.htm

ESTIGMAS CACTÁCEAS

FLORACION CACTUS TEMPORADA 09

FLORACION CACTUS TEMPORADA 08